jueves, 5 de mayo de 2011

GRE-DIOS

Ya hace un tiempo leí aquí la expresión que encabeza esta entrada. No había vuelto desde que, con siete años, estuve un día con mis padres y unos amigos. Todavía hay en casa de mis padres fotos de aquel día, pero mis recuerdos se reducen a algunas cabras y a una extensión no medible de agua en medio de las montañas.

En esta ocasión, como en tantas otras, la iniciativa surgió de SP. Me lo propuso y después de tanto tiempo sin poder salir de verdad a la montaña se planteaba como una gran ocasión de pisar monte como Dios manda. Volvimos a contar con TR y SP se trajo a AP. Entre todos convencimos a MS, mi compañero de venturas y desventuras en el trabajo, y para allá que nos fuimos. 

Salimos a las 7 de la tarde de Madrid y en poco más de dos horas estábamos en las proximidades de Gredos. Buscamos un buen sitio donde plantar las tiendas, preparamos los manjares y yantamos hasta cuasi reventar antes de meternos en los sacos.



Por la mañana nos levantamos rápido, recogimos sacos y tiendas y nos pusimos en marcha hacia Navalperal de Tormes. Nos hicimos un buen desayuno en la plaza del pueblo y cargamos toda la ferretería en las mochilas... preparados para el camino.





De Navalperal subimos tranquilamente, remontando el río Gredos hasta la laguna grande. Podría contar las anécdotas del camino, pero casi mejor que hablen las fotos por sí mismas, porque ir a este lugar en el deshielo es impresionante. A las cinco llegábamos rendidos al refugio Eleola.

















Desde el refugio hubo quien, con fuerzas guardadas, se fue a hacer una canal (la llamada "canal fácil", que todo hay que decirlo), otros dimos una vuelta a la laguna y alguno más pasó del mundo y se quedó tirado en el refugio, que estaba hasta los topes.






Después de una cena reparadora y un buen sueño nos levantamos al día siguiente. Por causas diversas decidimos abandonar la empresa de cruzar a las cinco lagunas y nos volvimos por donde habíamos venido. El día nos respetó y pudimos disfrutar de una tranquila vuelta hasta Navalperal con el ruido constante del río crecido con el deshielo acompañándonos.
















Justo empezó a llover cuando llegamos al coche, así que tuvimos suerte hasta con eso. Fue un fin de semana redondo y seguro el principio de muchos planes más. ¡¡¡Muchas gracias chavales!!!


PD: en el despacho hemos puesto una foto de GRE-DIOS para inspirarnos en nuestro día a día

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